De niños se nos enseño esta hermosa oraciòn con el tiempo la olvidamos y la volvemos a recordar cuando tenemos la bendición de ser padres y se las enseñamos a nuestros hijos, evitemos olvidarnos de nuestro eterno compañero, sientete niño de nuevo y repite conmigo:
"Ángel de la guarda,
dulce compañía.
No me desampares,
ni de noche, ni de día".
Y si en algún momento,
Dios decide mi partida,
Angelito mió, yo te pido,
¡Sé mi guía!...
GRACIAS!!.
dulce compañía.
No me desampares,
ni de noche, ni de día".
Y si en algún momento,
Dios decide mi partida,
Angelito mió, yo te pido,
¡Sé mi guía!...
GRACIAS!!.

No hay comentarios:
Publicar un comentario